Silencio por favor
Un gran neurocientífico se despide
Este martes 9 de febrero de 2021 perdimos a un gigante de la neurociencia en Brasil y latinoamerica: nos dejó Ivan Izquierdo. Había estado enfrentando serios problemas de salud durante algunos años y se estaba recuperando en casa de una neumonía no relacionada con el covid.
Iván era argentino, nació en 1937 y se graduó como médico en 1961 en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Completó su doctorado en Farmacología en 1963 en la misma institución, trabajando con su padre, Juan Antonio Izquierdo, también un reconocido científico argentino. Entre 1962 y 1964 realizó su posdoctorado con el uruguayo José “Pepe” Segundo en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA, EE.UU.), empezando su carrera como profesor en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), donde trabajó por algunos años. En 1971 se marchó del país por motivos políticos – el golpe de Estado de Onganía de 1966. Como tantos otros investigadores argentinos que emigraron, Brasil era la opción natural- y más en su caso, ya que su esposa, Ivone, era brasileña.
Luego de una breve estada en São Paulo, en la Escola Paulista de Medicina, se instaló en 1977 en Porto Alegre, Rio Grande do Sul. Durante más de veinte años dirigió el Centro de Memoria del Departamento de Bioquímica del Instituto de Ciencias Básicas de la Salud (ICBS), de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS), donde formó a decenas de investigadores a lo largo de los años, influyendo sobre más de una generación de jóvenes científicos que hoy trabajan en varias universidades de Brasil y del exterior. Tras su jubilación, se trasladó a la Pontificia Universidad Católica de Rio Grande do Sul (PUCRS), donde fundó el nuevo Centro de la Memoria que luego integraría el Instituto del Cerebro (InsCer) de esa institución, continuando incansablemente con su labor. En total, formó a 61 Ph.D.s.
Trabajó como científico ininterrumpidamente durante más de 60 años, habiendo publicado 628 artículos en revistas indexadas, obteniendo más de 25 mil citas (índice h = 80 Scopus) – ha sido, durante años, uno de los científicos brasileños más citados de todos los tiempos. También integró el comité editorial de decenas de revistas internacionales, habiendo sido miembro de varias Academias de Ciencias en Brasil y en el mundo. Recibió más de 30 importantes premios nacionales e internacionales, entre ellos, el Premio Odol CONICET (Argentina, 1965), la Gran Cruz de la Orden Nacional del Mérito Científico (Brasil, 1996), el Premio de TWAS – Academia de Ciéncias del Tercer Mundo (2005), Medalla Neurociencias Brasil de la Sociedad Brasileña de Neurociéncias y Comportamiento – SBNeC (2007), Premio Fundación Conrado Wessel (Argentina, 2008), Premio Raíces CONICET (Argentina, 2011), Premio Almirante Álvaro Alberto de Ciencia y Tecnología (Brasil, 2011) y UNESCO de Ciencias de la Vida (2017) – culminando con lá mas importante distinción civil brasileña, la de la Orden de Rio Branco (2007). Fue Profesor Emérito de la UFRGS (2014) y Doctor Honoris Causa de las Universidades de Paraná (Brasil, 2007) y Córdoba (Argentina, 2011), habiendo sido la octava persona en ser nombrada Profesor Honorario de la Universidad de Buenos Aires desde 1821, siendo los otros siete, todos ganadores del Premio Nobel.
En su recorrido científico, Iván Izquierdo contribuyó con numerosos aportes originales para la comprensión de las bases celulares del registro y evocación de las memorias en animales de experimentación. Utilizando solo unas pocas herramientas, principalmente farmacológicas – microinfusiones intracerebrales – y psicobiológicas – tareas comportamentales – demostró una serie de mecanismos-clave en la adquisición, consolidación, persistencia, evocación y extinción memorias aversivas. Es de destacar que identificó algunos de los principales pasos moleculares detrás de la consolidación sináptica de una memoria aversiva en el hipocampo. Estudió además los roles de varios sistemas neuromoduladores, como los mediados por adrenalina, dopamina, acetilcolina o histamina, además de la acción de péptidos opioides endógenos y las funciones del sistema GABAérgico y benzodiazepinérgico. En esta larga búsqueda, describió fenómenos muy importantes como la dependencia del estado endógeno – que dió lugar a su artículo más citado – el procesamiento paralelo de las memorias por el hipocampo, la amígdala y las estructuras corticales, asi como la separación funcional de las llamadas memorias de corto y largo plazo, y, más recientemente, la regulación de la extinción por marcación sináptica.
A veces temperamental, era afable en algunas circunstancias, duro y exigente en otras. No era religioso, pero tenía una actitud verdaderamente ascética hacia el trabajo, siguiendo una estricta disciplina que siempre hacía el mejor uso del tiempo, como lo demuestra su rica y profusa producción científica. De igual modo, era naturalmente exigente con los demás. El trabajo era su vida, y su vida era pensar, proponer y escribir. Y pudo poner a prueba muchas propuestas interesantes gracias a contar con un buen numero de estudiantes altamente motivados, lo cual solo fue posible con la expansión y universalización de las becas de Iniciación Científica (para estudiantes no graduados), maestría, doctorado y posdoctorado en el país, un logro de la ciencia brasileña. Su escritura fue intensa, clara y más elaborada que el promedio, revelando rasgos de carácter en cada párrafo. No es de extrañar, por tanto, que también haya escrito seis libros de crónicas y ficción – entre ellos, «¡Silencio, por favor!» de 2003 – entre los diecisiete que publicó en su vida.
Nuestro Mestre – como lo llamábamos cariñosamente – dejó mujer, dos hijos, cuatro nietos y una legión de discípulos apasionados por la ciencia, dispersos por el mundo.
“Amar o perdido
deixa confundido
este coração
Nada pode o olvido
contra o sem sentido
apelo do Não
As coisas tangíveis
tornam-se insensíveis
à palma da mão
Mas as coisas findas,
muito mais que lindas,
essas ficarão”
Quedan sobretodo las memorias.
(poesía de Carlos Drummond de Andrade)
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Jorge A Quillfeldt (UFRGS)
Grace Schiavenatto P Moraes(UFMG)
SBNeC 10feb2021
Homenagem ao Mestre

Silêncio, por favor
a despedida de um grande neurocientista
Nesta terça-feira, 9 de fevereiro de 2021, perdemos um gigante das neurociências no Brasil: Ivan Izquierdo nos deixou. Estava enfrentando sérios problemas de saúde há alguns anos, e se recuperava, em casa, de uma pneumonia não relacionada com a covid.
Ivan era argentino, nasceu em 1937, e graduou-se médico em 1961 pela Universidade de Buenos Aires (UBA). Completou seu doutorado em Farmacologia em 1963 na mesma instituição, trabalhando com seu pai, Juan Antonio Izquierdo, também ele um reconhecido cientista argentino. Entre 1962 e 1964 fez seu pós-doutorado com José “Pepe” Segundo na Universidade da Califórnia em Los Angeles (UCLA, EUA), iniciando sua carreira como professor na Universidade Nacional de Córdoba (UNC), onde trabalhou por alguns anos. Em 1971 teve de sair do país por motivos políticos – o golpe de estado de Onganía em 1966. Assim como para tantos pesquisadores argentinos que emigravam, o Brasil era a opção natural – e mais no caso dele, já que sua esposa, Ivone, era brasileira.
Após uma breve passagem por São Paulo, quando esteve na Escola Paulista de Medicina, fixou-se, a partir de 1977, em Porto Alegre, RS. Por mais de vinte anos dirigiu o Centro de Memória do Departamento de Bioquímica do Instituto de Ciências Básicas da Saúde (ICBS) da Universidade Federal do Rio Grande do Sul (UFRGS), onde formou dezenas de doutores ao longo dos anos, influenciando toda uma geração de jovens cientistas que hoje trabalham em diversas universidades no Brasil e no exterior. Após sua aposentadoria, transferiu-se para a Pontifícia Universidade Católica do Rio Grande do Sul (PUCRS), onde fundou o novo Centro de Memória que mais tarde integraria o Instituto do Cérebro (InsCer) daquela instituição, continuando incansável com seu trabalho. No total, formou 61 doutores.
Trabalhou por mais de 60 anos ininterruptos como cientista, tendo publicado 628 artigos em periódicos indexados, tendo mais de 25 mil citações (índice h = 80 Scopus) – é, há anos, um dos cientistas brasileiros mais citados de todos os tempos. Integrou tambem o comitê editorial de dezenas de revistas internacionais, tendo sido membro de diversas Academias de Ciências no Brasil e no mundo. Recebeu mais de 30 importantes prêmios nacionais e internacionais – entre eles, o Prêmio Odol (CONICET 1965), a Grã-Cruz da Ordem Nacional do Mérito Científico (1996), o Prêmio da TWAS Academia de Ciências do terceiro Mundo (2005), Medalha Neurociências Brasil da SBNeC (2007), prêmios Conrado Wessel (2008) e Raíces (CONICET 2011), Prêmio Almirante Álvaro Alberto para Ciência e Tecnologia (2011) e UNESCO para as Ciências da Vida (2017) – culminando com a maior comenda civil brasileira, a da Ordem de Rio Branco (em 2007). Era Professor Emérito da UFRGS (2014) e Doutor Honoris Causa pelas Universidades do Paraná (2007) e de Córdoba (2011), tendo sido a oitava pessoa a ser nomeada Profesor Honorario da Universidade de Buenos Aires desde 1821, sendo que os demais sete eram todos ganhadores do prêmio Nobel.
Em sua jornada científica Ivan Izquierdo fez inúmeras contribuições originais para a compreensão das bases celulares do armazenamento e da evocação de memórias em animais de experimentação. Empregando tão somente umas poucas ferramentas, sobretudo farmacológicas – microinfusões intracerebrais – e psicobiológicas – tarefas comportamentais, demonstrou uma série de mecanismos-chave na aquisição, consolidação, persistência, evocação e extinção de memórias aversivas. Entre estes, identificou alguns dos principais passos moleculares por trás da consolidação sináptica de uma memória aversiva no hipocampo. Estudou os papéis de diversos sistemas neuromoduladores, como a adrenalina, a dopamina, a acetilcolina e a histamina, além da ação dos peptídios opióides endógenos e as funções do sistema GABAérgico e benzodiazepinérgico. Nessa longa busca, descreveu importantes fenômenos como a dependência de estado endógena – de onde, seu paper mais citado, o processamento paralelo de memórias pelo hipocampo, amígdala e estruturas corticais, a separação funcional das chamadas memórias de curta das de longa duração, e, mais recentemente, a regulação da extinção por marcação sináptica.
Por vezes temperamental, era afável em algumas circunstâncias, duro e exigente em outras. Não era religioso, mas tinha uma postura verdadeiramente ascética com relação ao trabalho, seguindo uma disciplina rígida que fazia sempre o melhor uso do tempo, como prova-o sua vigorosa produção científica. Por essa razão, era naturalmente exigente com relação aos outros. O trabalho era sua vida, e sua vida era pensar, propor e escrever. E podia propor por que dispunha de um bom número de estudantes altamente motivados, o que só foi possível com a ampliação e universalização das bolsas de IC, mestrado, doutorado e pós-doutorado no país, uma conquista da ciência brasileira que agora encontra-se ameaçada.
Sua escrita era intensa, clara, e mais elaborada que a média, revelando traços de seu caráter em cada parágrafo. Não surpreende, portanto, que também tenha escrito seis livros de crônicas e ficção, dentre os dezessete que publicou em vida – entre eles, “Silêncio, por favor!” (2003), onde discorre sobre a barulhenta realidade atual.
Descansou, enfim, nosso Mestre Ivan – como carinhosamente era chamado. Deixou esposa, dois filhos, três netos e uma legião de discípulos apaixonados pela ciência dispersos pelo mundo.
“Amar o perdido
deixa confundido
este coração
Nada pode o olvido
contra o sem sentido
apelo do Não
As coisas tangíveis
tornam-se insensíveis
à palma da mão
Mas as coisas findas,
muito mais que lindas,
essas ficarão”
Ficam as memórias.
(poema de Carlos Drummond de Andrade)
Jorge A Quillfeldt
Grace Schiavenatto P Moraes
em 10fev2021